1Mezcle la harina con la levadura en polvo y pásela por un tamiz. Después dele forma de volcán a la mezcla.
2Lleve al fuego una cacerola de agua con sal. Cuando el agua esté templada, vierta un poco en el interior del volcán de harina y trabaje con las manos bien limpias unos 10 minutos, hasta obtener una masa espesa y pegajosa. Si queda demasiado densa, agregue un poco más de agua. Cuando la masa adquiere una textura fina y sin grumos colóquela en una manga con boquilla estrellada. Caliente el aceite en una sartén y cuando esté hirviendo, agregue la masa en forma de espiral, empezando por el centro. Cuando la masa esté dorada, dele la vuelta y fría unos segundos más. Retire del aceite y deje escurrir sobre papel toalla. Corte en trozos con una tijera y espolvoree con azúcar.